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La historia de la alfarería se remonta al Neolítico, hace más de 10 000 años, cuando el sustento de las personas dependía del cultivo de la tierra, aunque los vestigios más antiguos del arte de alfarería se sitúan en el Japón de hace 12 000 años, en la cerámica Jomon.

Se tiene noticia de que fue en Mesopotamia donde los artesanos comenzaron a especializarse, y se inventaron las primeras herramientas para trabajar la arcilla, incluyendo los primeros tornos de alfarero y el horno para cocerla.

En Grecia, y en la zona de los Balcanes la alfarería antigua que se creó estaba influenciada por la cultura de Anatolia, como muestran las bonitas vasijas con forma de tulipa y engobe de colores blanco y rojo, que ahora se pueden admirar en los museos.

Con el tiempo cada cultura fue perfeccionando sus propias técnicas decorativas, dando lugar a diferentes corrientes artísticas. El tipo de alfarería en cada región del mundo también está definida por tipo de arcilla disponible en cada suelo, la mezcla con minerales o arena, la presencia de tierra o fragmentos de piedra, etc. Así,